viernes, 23 de octubre de 2009

Después de una tarde de lluvia


Acabó de llover,
el rocío, como diamantes sobre las hojas,
hacía brillar el campo silvestre
semejando una estrella en noche sin luna.
El arcoiris era un puente de esperanza,
en que se deslizaban los sueños de toda una vida,
y terminaban en una olla de oro
que los convertía en realidad.
Salí caminando por el sendero,
y vi a las hormigas acarreando hojitas húmedas hacia el hormiguero,
los pájaros cantando como dulces flautas
en un concierto sin fin.
Después, el sol, como brillante esfera de oro
se oculta tras las montañas
y deja solamente una aurora de esmeraldas,
y luego el cielo tornándose de estrellas,
semejaba el verde campo
después de una tarde de lluvia.

Autora: Sol Echeverría
Escrito aproximadamente en 1985

Fotografía: Juan José Pucci

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