lunes, 23 de noviembre de 2009

Liderazgo y calidad de vida

El pasado martes 17 de noviembre conversamos sobre la calidad de vida en las organizaciones y el rol del liderazgo en preservarla. Junto con entusiastas participantes llegamos a las siguientes conclusiones:

-La calidad, según la Real Academia Española, es la propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor. Estamos claros de que todas las vidas valen por igual, por lo tanto, cualquier comparación de valor entre dos vidas es absurda. Sin embargo, también reconocemos que somos capaces de decir en ocasiones "qué buena vida". De eso se trata esta discusión. ¿Puede haber una "buena vida" en las organizaciones?

-¿Quién es responsable por la calidad de una vida? Estuvimos de acuerdo en que la responsabilidad comienza en cada uno, en cada persona. Cada quien es responsable (si lo desea) de vivir una "buena vida". Pero, ¿tiene responsabilidad la organización? Actualmente somos testigos de múltiples síntomas como burnout, trastornos de ansiedad y depresión, que en muchas ocasiones tienen que ver directamente con el stress laboral.

-¿Le interesa a la organización que su gente tenga una "buena vida"? En la era del conocimiento el capital humano es la principal posibilidad de que una organización alcance sus metas de largo plazo. Entonces, promover entre las personas que la integran una vida que incluya "estar-bien" a nivel personal es una de las mejores decisiones de inversión. El crecimiento sostenible se basa en la posibilidad de las personas de seguir aprendiendo y aplicando el conocimiento en sus actividades. Por otra parte, el desgaste y el stress pueden traer consecuencias como la rotación de personal, desmotivación, baja productividad, etc., etc.

-¿Por qué es mejor comenzar enfocándose en los líderes? Los líderes son medios, agentes de cambio. Son puntos de conexión (incluso biológica, de acuerdo a los últimos descubrimientos de las neurociencias). Los buenos líderes saben de empatía (la capacidad de entender las motivaciones de otras personas, de sentir interés por sus necesidades y bienestar). Entonces, si un líder (bueno) tiene una "buena vida", querrá lo mismo para las personas que tiene alrededor, y en quienes tiene la posibilidad de incidir, de influir. Eso genera un efecto de cascada, o de onda, o de bola de nieve... lo que prefieran.

-Hablando un poquito de ética (ya que estamos analizando nuestras acciones): La ética en las organizaciones tiene que ver con el cumplimiento de su misión. En el caso de una empresa: maximizar la inversión de los accionistas en el largo plazo (creciendo de manera sostenible). En el caso de una empresa pública: maximizar la inversión del gobierno -de los contribuyentes- en el largo plazo (creciendo de manera sostenible). En el caso de una ONG: maximizar la inversión de los donantes en el largo plazo (creciendo de manera sostenible). ¡No es muy diferente! El camino lleva a cumplir la misión en todos los casos, y se necesita gente sana, motivada, comprometida y dispuesta para el crecimiento sostenible.

-Frente a la pregunta ¿puede ser la organización un espacio de crecimiento personal?, pensamos: no deberíamos confundir el desarrollo de carrera con el crecimiento personal. En ocasiones van de la mano, pero también pueden contraponerse.

-¿Cómo puede la empresa propiciar el auténtico crecimiento personal? Esa la contesto yo: cada empresa (qué digo! la gente que la dirige, no hay empresa sin gente...) debe escuchar y conocer a su gente. Atender qué necesitan como colectivo para crecer juntos, y cada uno en lo individual. ¿Es caro? Probablemente. ¿Es rentable? Sin duda (sería bueno hacer un estudio de largo plazo para demostrarlo... ¿alguna empresa se ofrece?).